Aparicio Saravia
- Constructores del hoy
- 20 jul 2020
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 21 jul 2020

Un 16 de agosto como hoy, nacía una historia uruguaya.
Hijo De Francisco Saravia y Propicia Da Rosa, Aparicio es el cuarto hijo de trece. Oriundo de Cerro Largo, su padre era brasilero y tenía campos tanto en Uruguay como en Brasil. En 1877 se casó con Cándida Díaz, sobrina del caudillo colorado, Gregorio Suarez.
Contando con un legado de familia de combatientes blancos, comenzó su actividad militar a muy temprana edad.
A partir de la revolución de 1997 se convierte en el jefe del Partido Nacional y organiza un poder paralelo al de Juan L. Cuestas. Allí, el “cabo viejo” como su participación en el campo de batalla lo bautizó, comenzó su vasto camino que tendría su punto álgido en la batalla que lo enfrentó con el gobierno de Batlle y Ordoñez. Su derrota parecía inminente si se desarrolla un análisis posterior, pero su convicción imperturbable lo llevó a morir herido de bala en Masoller.
El recuerdo más latente es el de un caudillo revolucionario, emblema del Partido Nacional hasta la actualidad. Para algunos parte del pasado caudillesco, para otros un defensor de la minoría que murió por esta causa. Su tarea como militante pretendía obtener la libertad del sufragio, la defensa de las zonas rurales más carenciadas y contrario a la construcción de una sociedad construída solo desde la visión colorada.
Su muerte significó el término de la imagen del caudillo en Uruguay, la construcción de un legado político a futuro y sobre todo el término de la guerra civil.
Aparicio Saravia, otra historia uruguaya para el recuerdo.
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